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Crema de calabaza

La calabaza es el fruto de la calabacera, planta que pertenece a la familia de las cucurbitáceas, al igual que los melones y las sandías. Existen variedades de calabaza de verano e invierno, de modo que podemos encontrar calabazas en el mercado todo el año.

Las calabazas de invierno se caracterizan por ser más dulces y secas que las de verano, además de tener una piel más gruesa que permite conservarlas durante más tiempo. El mejor momento para comprar calabazas de invierno es entre los meses de octubre y noviembre.

La calabaza admite una gran variedad de preparaciones: horneada, frita, cocida, asada... En esta ocasión os presentaremos una receta muy sencilla y apropiada para el invierno que, además, nos permitirá apreciar todo el sabor de esta hortaliza: la crema de calabaza.

Ingredientes

(Para 4 personas)

  • 1 kg de calabaza
  • 2 puerros
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva
  • Sal

Elaboración

Abrimos la calabaza con cuidado, reservando su base para utilizarla como recipiente. Retiramos la pulpa ayudándonos de un cuchillo y/o cuchara y limpiamos bien la piel.

Cortamos la pulpa de la calabaza en dados y el puerro en rodajas, y los pochamos en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva, hasta que la calabaza esté tierna (unos 20-25 minutos).

Una vez la calabaza comience a deshacerse, añadimos aproximadamente 1/2 litro de agua o caldo vegetal y dejamos cocer la mezcla unos 10 minutos más.

Salpimentamos, añadimos una pizca de nuez moscada, y trituramos hasta obtener una crema fina, añadiendo si es necesario más agua (o leche), hasta obtener la textura deseada.

Esta receta admite múltiples variantes, y si lo deseamos podemos añadir a la elaboración de la crema otras hortalizas, como zanahoria, cebolla, patata... aunque, como es lógico, la calabaza perderá protagonismo en el plato y su sabor ya no será tan intenso. Si deseas aportarle un toque extra de cremosidad a costa de añadir unas cuantas calorías a esta receta tan ligera, también puedes incorporar un par de cucharadas de nata líquida o un poco de queso mascarpone.

Para finalizar, servimos la crema de calabaza que hemos elaborado en la la propia piel de la calabaza, adornando con unas cortezas de pan frito y aromatizando con nuestras hierbas favoritas y voilà...

Buen provecho!