Es el fruto seco que se obtiene del avellano. La parte comestible corresponde a la semilla del fruto, que se encuentra recubierta por una epidermis oscura y una corteza leñosa.
Se usa tanto en crudo como cocinado, sobre todo en repostería. De la avellana se obtiene un aceite de uso alimentario de sabor fuerte y característico. Aparece en el mercado entrado el otoño, se comercializa con cáscara o sin ella.