Se conoce con el nombre pitahaya o pitaya al fruto carnoso que se obtiene del árbol tropical del mismo nombre. El término engloba dos especies diferentes, pertenecientes al mismo género botánico: la pitahaya amarilla y la pitahaya roja. La pitahaya es una fruta de forma ovoide que se encuentra recubierta por una piel llena de anchas escamas; la pulpa interna posee numerosas semillas de color negro y pequeño tamaño, y presenta un delicado sabor dulce. Las semillas internas no se consumen habitualmente, a menos que se quiera aprovechar su propiedad laxante. La piel de la pitahaya amarilla es espinosa y suele ser verde inicialmente, pero a medida que el fruto va madurando adquiere una coloración amarillenta; la pulpa de la fruta madura es de color blanco, es más aromática y refrescante que la roja, por lo que se la considera más apropiada para su consumo como fruta fresca. En los países en los que se lo cultivo, la variedad amarilla se encuentra en los mercados entre los meses de abril a mayo, y entre octubre y diciembre.
Pitahaya amarilla
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Son frutas ricas en agua e hidratos de carbono. Entre sus minerales destacan el calcio y el fósforo, que forman parte de huesos y dientes, y son necesarios para el buen funcionamiento de nervios y músculos. De las vitaminas, la más destacada es la vitamina C, que contribuye a la formación de colágeno y glóbulos rojos, y favorece la absorción del hierro.