El coco, es el fruto de la palmera más conocido, la nuez de coco pesa por término medio 2,5 kg y no es en realidad una nuez, sino un fruto en drupa. La fruta llega a Europa ya sin las cubiertas exteriores, que se quitan en el país de origen: una correosa cáscara verde o marrón claro y una gruesa capa fibrosa de consistencia seca y porosa que hay debajo. Los cocos que se sacan a la venta son sólo el hueso central cubierto de fibras hirsutas. Este hueso casi redondo presenta una cáscara leñosa muy dura y, debajo, una delicada piel rojiza. El hueco interior está henchido de un jugo comestible semitransparente, el agua de coco. Los cocos verdes, de entre 6 y 7 meses, son los que más jugo contienen. Al madurar se va formando la blanca pulpa o simiente a costa de este líquido. Los cocos que compramos normalmente están maduros, pero, a pesar de ello, debería quedarles un poco de jugo, porque la pulpa reseca adquiere rápidamente un gusto jabonoso que la hace incomestible. La leche de coco tiene un sabor agridulce y el de la pulpa recuerda a la nuez.
Coco
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Los principales efectos sobre el organismo se deben a su riqueza en magnesio, que se encuentra ligado al calcio y al potasio en esmalte dental, epidermis, uñas, etc. Este mineral es también necesario para mantener la tensión muscular y la estructura ósea, ya que forma parte de huesos y cartílagos.
