Los albaricoques secos, también conocidos como orejones, son los productos obtenidos a partir de la fruta fresca que se somete a un proceso de desecación. Este tratamiento se aplica con la finalidad de disminuir su contenido en humedad, lo que implica un aumento considerable de su período de conservación. Antes de su desecación, los albaricoques frescos se sumergen alternativamente en agua fría y caliente para facilitar la separación de su piel. Después se parten por la mitad, se deshuesan y se someten al proceso de desecación en cámaras a 65-70 grados centígrados o al sol. El albaricoque turco o griego es la variedad mejor considerada para la obtención de albaricoques secos. Los albaricoques desecados se pueden consumir tanto fríos como calientes; además se pueden ablandar introduciéndolos en zumos de frutas. También se pueden emplear en diversas recetas culinarias, como en la elaboración de purés, pudines y salsas. Los albaricoques secos se han utilizado tradicionalmente para rellenar carnes y aves, como por ejemplo, el pavo y el cordero.
Frutos deshidratados
Orejones de albaricoque (1/4 kg.)
4,25 €
El albaricoque seco es rico en fibra soluble, sustancia que permite que la liberación del azúcar en la sangre se realice de forma gradual; de este modo, proporciona energía de un modo constante, evitando picos de glucemia. Este tipo de fibra contribuye también a reducir la tasa de colesterol y, al mismo tiempo, confiere al albaricoque seco propiedades laxantes. Es un alimento muy energético, con elevado aporte de vitaminas y minerales, por lo que constituye un complemento ideal en la dieta de aquellas personas que realizan grandes esfuerzos físicos. Hay que tener en cuenta que es también muy calórico, por lo que no se recomienda en casos de obesidad o en dietas de adelgazamiento.
