La chirivía, es la raíz carnosa que crece en la planta del mismo nombre. De color cremoso, es muy aromática y presenta un sabor dulce y picante. Puede consumirse crudas, formando parte de ensaladas, o cocinadas, tanto hervidas, asadas y escarchadas como en forma de puré. Forman parte de sopas, guisos y numerosos postres, como budines y flanes. La chirivía se cosecha entre septiembre y marzo, de modo que se trata de una hortaliza de invierno, y la mejor temporada para su consumo comienza ahora.
Bulbos, raíces y tubérculos, Productos de temporada, Verduras y hortalizas
Chirivía (pieza)
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Se recomienda cocerlas enteras, sin trocear, ya que la carne de la chirivía oscurece rápidamente en contacto con el aire, por lo que si se trocea o se la pela, se la debe cocinar inmediatamente o de lo contrario, protegerla del pardeamiento añadiendole un poco de zumo de limón. Las chirivías destacan por su elevado contenido en hidratos de carbono y fibra. También contiene vitaminas A, B, y C y diversos minerales, entre los que destacan el potasio, el fósforo, y el calcio.